jueves, 22 de enero de 2015

¿Y si cada día es una nueva oportunidad para ser feliz?



(Ojalá esta foto fuera mía, pero la he encontrado en http://barabasilab.neu.edu/people/marta/Marta'sHomepage_files/nature2008/research.html y me ha encantado...)


      Como cada día, bajó del coche y miró a todos lados. La calle estaba repleta de personas, como de costumbre. Todas eran diferentes, cada uno con su rutina, algunos llevaban demasiada prisa, con caras largas y sin ganas de vivir; otros paseaban, sonriendo y haciendo ver que la vida es maravillosa; algunos llevaban compañía, a otros los acompañaba la soledad; y, sin embargo, a pesar de esa gran variedad, ninguna de esas personas era la que ella esperaba, seguía caminando sola. Llevaba años así, buscándolo todos los días como si realmente fuera a volver, como si los últimos meses hubieran sido solo una pesadilla y fuera a despertar en cualquier momento.



Era una chica aparentemente normal, pasaba las mañanas en la oficina, trabajando y riendo con sus compañeros, como si los problemas no estuvieran presentes en su vida. La realidad la azotaba cuando llegaba a casa; parecía que las paredes se le iban a caer encima, pero siempre cogía su guitarra y se ponía a cantar. Cantar la aliviaba, hacía que se sintiera bien. La música en general hacía que los problemas se esfumaran, cuando escuchaba cualquier acorde, ya no se sentía derrotada, no recordaba que él se había ido, no recordaba que nadie la quería, no apreciaba sus defectos ni lo débil que se sentía; cuando sonaba la música todas esas sombras desaparecían, las cicatrices del pasado parecían no existir, se creía capaz de todo, de ser feliz, de apreciarse a sí misma y de hacer que los demás la apreciaran, o que al menos no la vieran siempre como el bicho raro. Con cada nota, su cabeza se llenaba de sueños, de metas por cumplir. Siempre había deseado viajar por todo el mundo, sola o acompañada, eso ya no importaba; quería componer canciones que hicieran que el resto del mundo se sintiera como ella se sentía con la música de sus artistas favoritos. En definitiva, quería ser feliz. ¿Tanto costaba? ¿De verdad necesitaba a alguien para serlo? ¿Y si cada día era una nueva oportunidad para pasar página y llegar a serlo? 

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