(Ojalá esta foto fuera mía, pero la he encontrado en http://barabasilab.neu.edu/people/marta/Marta'sHomepage_files/nature2008/research.html y me ha encantado...) |
Como cada día,
bajó del coche y miró a todos lados. La calle estaba repleta de personas, como
de costumbre. Todas eran diferentes, cada uno con su rutina, algunos llevaban
demasiada prisa, con caras largas y sin ganas de vivir; otros paseaban,
sonriendo y haciendo ver que la vida es maravillosa; algunos llevaban compañía,
a otros los acompañaba la soledad; y, sin embargo, a pesar de esa gran
variedad, ninguna de esas personas era la que ella esperaba, seguía caminando
sola. Llevaba años así, buscándolo todos los días como si realmente fuera a
volver, como si los últimos meses hubieran sido solo una pesadilla y fuera a
despertar en cualquier momento.
Era una chica
aparentemente normal, pasaba las mañanas en la oficina, trabajando y riendo con
sus compañeros, como si los problemas no estuvieran presentes en su vida. La
realidad la azotaba cuando llegaba a casa; parecía que las paredes se le iban a
caer encima, pero siempre cogía su guitarra y se ponía a cantar. Cantar la
aliviaba, hacía que se sintiera bien. La música en general hacía que los
problemas se esfumaran, cuando escuchaba cualquier acorde, ya no se sentía derrotada, no recordaba que
él se había ido, no recordaba que nadie la quería, no apreciaba sus defectos ni
lo débil que se sentía; cuando sonaba la música todas esas sombras
desaparecían, las cicatrices del pasado parecían no existir, se creía capaz de
todo, de ser feliz, de apreciarse a sí misma y de hacer que los demás la
apreciaran, o que al menos no la vieran siempre como el bicho raro. Con cada
nota, su cabeza se llenaba de sueños, de metas por cumplir. Siempre había
deseado viajar por todo el mundo, sola o acompañada, eso ya no importaba; quería
componer canciones que hicieran que el resto del mundo se sintiera como ella se
sentía con la música de sus artistas favoritos. En definitiva, quería ser feliz.
¿Tanto costaba? ¿De verdad necesitaba a alguien para serlo? ¿Y si cada día era
una nueva oportunidad para pasar página y llegar a serlo?