Como en esta vida las cosas que acaban destacando sobre las
demás son las malas, podría empezar mi habitual crónica de cada sueño diciendo
que la noche de ayer (28-11-2014) no fue nada buena porque su final no salió
como yo hubiera deseado. Pero lo cierto es que si dijera eso, mentiría, ya que
una vez más, gracias a Dani Martínez, la de ayer fue una de las mejores noches de
mi vida.
Ayer,
en Ciudad Real, el espectáculo “¡Martínez…que no eres bueno!” llegó a su fin.
Fue la segunda vez que iba a ver ese show, y la verdad es que sigo sin
encontrar palabras para explicar cómo me sentí durante esas casi 2 horas de
carcajadas continuas. La segunda fila en la que estábamos sentados fue para mí
una posición privilegiada en ese teatro, que me permitió disfrutar al 100% de
mi ídolo, llegando a sentirme en algunos momentos como si el mundo se hubiera
parado y solamente estuviera él en ese escenario haciéndome reír con cada frase
y cada gesto. No os podéis ni imaginar lo increíble que es ver a tu ídolo disfrutar con lo que hace, es precioso tenerle tan cerca y verle sonreír y es impresionante la sensación de pertenecer a todo ésto.
La
noche se torció un poco cuando el show terminó y Dani salió del teatro, teniendo
que atender a todas las personas que estábamos fuera esperándole. Respecto a
este momento tendría muchas cosas que decir, porque la prisa hizo que la
organización de ese momento fuera muy mala y me pareció muy injusto que
tuvieran su “momento de suerte” (y lo escribo entre comillas porque simplemente
se hicieron una foto y se fueron) personas a las que ni siquiera les importaba
Dani, pero la vida (y las personas con las que he hablado desde anoche) me ha
enseñado a quedarme siempre con las cosas positivas, así que eso es lo que voy
a hacer.
A pesar de esa mala organización
y esa prisa de las que hablo, Dani volvió a demostrarme que, más allá de los
escenarios, lo que le hace verdaderamente grande es lo buenísima persona que puede
llegar a ser, ya que intentó pararse con todo el mundo y se portó
increíblemente bien conmigo, aunque al final no pude ni acercarme a saludarle.
No
podía terminar esta entrada del blog sin hablar de lo que ha significado ¡Martínez…que no eres bueno! para mí.
He tenido la oportunidad
de disfrutar 2 veces de este show y me siento muy afortunada por ello, pero me
siento aún mejor pensando que no solamente he visto a Dani en dos teatros en
los que he sido increíblemente feliz, sino que todo esto ha significado que he pasado
una etapa más al lado de mi ídolo. Y espero que esto no termine aquí, porque
Dani me ha dado muchísimo a cambio de apenas nada, y por eso pienso apoyarle
toda mi vida, haga lo que haga, esté donde esté.
Pocas cosas me quedan por
decir, simplemente gracias Dani y María por acompañarme, ¡fue una muy buena
noche!
Y a ti, Dani Martínez… ya
no se qué más decirte. Ni siquiera se si vas a leer esto, pero GRACIAS
infinitas por todo lo que haces, gracias por alegrarme la vida y gracias por
darme siempre ese subidón de energía justo cuando más lo necesito. Como ponía dentro
del sobre que espero que Chuspi te haya dado, “Este mundo necesita más personas
como tú”
A pesar del pequeño golpe de realidad, una vez más cumplí un sueño.
¡Por más noches como esta!
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