domingo, 29 de enero de 2012

Una charla con Fernando J. López


El pasado miércoles, 25 de Enero, los alumnos de primero y segundo de bachillerato del instiuto Fray Andrés asistimos a una charla que venía a darnos el autor Fernando J. López.
El primero en hablar cuando la charla empezó fue el profesor de nuestro centro, Luis Fernando, quien hizo un resumen de la trayectoria de este autor. Fernando comenzó a escribir cuando iba al instituto, más o menos con nuestra edad, y con su primera novela ganó el Premio Nacional Joven y Brillante 97; además, con la novela que aquí hemos leído, La Edad de la Ira, quedó finalista en para recibir el Premio Nadal 2010. Tras esta pequeña información, nuestro invitado comenzó a hablar.
Lo primero que hizo fue contarnos más o menos la historia que cuenta el libro que vino a presentar (La edad de la ira), aunque todos nos la sabíamos, más o menos, ya que lo habíamos leído anteriormente.
También nos habló acerca de lo complicado que fue para él tener este libro publicado, e incluso escribirlo, ya que lo escribió en apenas dos meses, y solamente la primera parte del mismo, que es una redacción de Marcos, el protagonista, le ocupó el primer mes. Tras estas explicaciones todos llegamos a la conclusión de que tener un libro publicado no es nada fácil, ya que no solamente debes escribirlo y ahí acaba todo, sino que antes de publicarlo, la historia debe pasar por muchas manos, y muchas atentas miradas que lo leerán para darle el visto bueno, y sacarle algunos fallos.
La novela se centra mucho en el tema de la educación en nuestro país, las relaciones entre los profesores y los padres de alumnos y demás cosas. Fernando nos dio su opinión acerca de este tema, una opinión que nos hizo reflexionar y abrir los ojos ante los asuntos de la sociedad en la que vivimos. Habló de algo que todos conocemos, y es el fracaso de la educación en nuestro país, algo que muchas personas conocemos, pero que él considera que no viene dado por la actitud de los profesores, o de los propios alumnos, sino más bien del sistema educativo que lo dirige todo.
Por último, en la charla hubo una ronda de preguntas, que se convirtió en un debate acerca de temas tan diversos como la relación entre padres y profesores, la valentía del autor habiendo escrito esas críticas acerca del sistema, la justicia o injusticia de los castigos que imponen los padres, etcétera.
En resumen, esta charla, a pesar de haber sido por la tarde, y de habernos hecho perder algunas de nuestras actividades o tiempo de estudio, mereció la pena, ya que las opiniones del autor que nos visitó fueron muy interesantes y, desde mi punto de vista, dijo muchas verdades acerca de todo lo que nos rodea, verdades que nos hicieron abrir los ojos ante la sociedad en la que vivimos.

sábado, 21 de enero de 2012

Que el sol sale todos los días, aunque tú no quieras verlo...

Llega un momento en que te das cuenta que un día sin sonrisas es un día perdido, que, a pesar de todo, existen personas alrededor que hacen que valga la pena seguir sonriendo. Que, aunque haya mil cosas que duelan, aunque creas que nada podrá hacerlo cambiar, el sol siempre acaba saliendo, ¿alguna vez no lo ha hecho?
Por todo esto, nunca dejes de sonreir, ni siquiera cuando estés mal, cuando ni siquiera sepas la causa, y los que te rodean se pregunten por qué lo haces; no derrames ni una sola lágrima y, si lo haces, que sea de alegría, porque no hay nada mejor que eso, llorar de felicidad; jamás dejes de soñar, porque los sueños son lo que mantiene viva nuestra esperanza, lo que ayudará a que jamás dejemos de luchar.



sábado, 14 de enero de 2012

Walt Disney

"... Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar...
decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas,
decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución,
decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis,
decidí ver cada noche como un misterio a resolver,
decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.

Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos.
Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar,
descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui.,
Me dejó de importar quién ganara o perdiera;
ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.

Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien «Amigo».

Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento,
«el amor es una filosofía de vida».
Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás.

Aquel día decidí cambiar tantas cosas...
Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad.
Desde aquel día ya no duermo para descansar... ahora simplemente duermo para soñar."