¿Quién mi iba a decir que ese chico de rizos rubios que salió de aquel programa de televisión iba a acabar siendo uno de mis principales motivos para seguir adelante? ¿Quién me iba a decir que esa persona, ese ídolo, iba a demostrarme que los sueños se cumplen? Pues sí, todo esto ocurre, David Bisbal es esa persona que ni siquiera sabe de mi existencia, pero que siempre consigue hacerme feliz, y hacer que me ilusione con todo lo relacionado con él.
A finales del año pasado, de broma, le dije a cierta personita que me llevara al final de gira. Lo que no sabía es que esa broma iba a convertirse en algo de verdad; que ayer, 9 de Febrero de 2013, iba a cumplir ese sueño. Y digo, para comenzar, que nada, y repito: NADA hubiera sido posible sin ellas.
A nuestro regreso al hotel, llegaron los preparativos y, una vez que estuvimos listas, salimos a la calle en busca de un taxi. Esa fue nuestra primera aventura: encontrar un taxi libre en plena Gran Vía de Madrid. Por fin lo encontramos, pero, entonces el nuevo reto era llegar a tiempo al Palacio de los Deportes. Pues sí, lo conseguimos, y eso fue el primer indicio de que íbamos a pasar una grandísima noche.
Una vez dentro del recinto, llegó el momento "monada" de la noche. Todas íbamos buscando la puerta por la que debíamos pasar para llegar a nuestros asientos cuando, de repente, lo vimos: era Jaime Terrón (cantante de Melocos). Me acerqué a él, le saludé y él dijo: "Bueno, dame dos besos, ¿no?; así que se los dí, y lo más genial de todo fue que me miró a los ojos y se acordaba de mí, de cuando lo vi por primera vez. Así que todas mis niñas estaban alucinando con ese momento. :P
Una vez que encontré mi sitio, fui a buscar a mis niñas, Cristina y Paula, para darles un "maxi-abrazo" y contarles todo lo que había pasado. Más tarde, me senté en mi silla, las luces se apagaron y el concierto comenzó. Empezaba un concierto especial, el último de esta gira que tanto nos ha aportado, y, a pesar de ser el último, quizás por eso mismo, estaba segura de que iba a disfrutar a tope.
Las luces apagadas, y un único foco que iluminaba a Juan Sánchez. Sonaban los primeros acordes de "Almería, Tierra Noble" y, de repente, David salió al escenario. Nada más verlo, toda la tensión acumulada se desbordó en forma de lágrimas que salían de nuestros ojos.
Todo el concierto fue precioso, increíble, jamás había oído en directo cantar a David tan bien, además, estuvo acompañado en algunas canciones por Antonio Carmona, Paco Arrojo y Rafa Carpena. Sin embargo, todo fue demasiado rápido; cuando quisimos darnos cuenta, "Esclavo de sus besos" comenzó a sonar, el concierto acababa, y esta gira también; y nosotras, ahí estábamos, de pie en las sillas, disfrutando al máximo de esa experiencia tan impresionante.
Al final, y con todas las emociones acumuladas, fui de nuevo a buscar a Cristina, mi murcianica bonita. Entonces, nos fundimos en un eterno abrazo en el que, una vez más, volvieron a derramarse las lágrimas. Ésto me hizo confirmar la idea de que David, nuestro ídolo, es esencial para nosotras.
Para concluir, he de decir que esta experiencia fue enorme para mí, que la felicidad que llegué a alcanzar anoche fue inmensa, que David es de lo mejor que me ha podido pasar, de lo mejor que tengo en la vida, porque no solamente me hace feliz, y me ayuda a dejar de lado mis problemas, sino también porque me ha hecho conocer a personas que ya son mis amigas, como una familia, y que hicieron que mi día de ayer fuera de lo mejor.
SIEMPRE CONTIGO, Y NO HAY NADA MÁS.
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